Libertad absoluta: una hoja para escribir y un lápiz
Entrevista a María Bohigas, CEO Editorial CLUB EDITOR
Encuentro a Maria Bohigas en el vestíbulo del Goethe-Institut, donde jóvenes estudiantes aclaran sus dudas sobre sus cursos de alemán. En la biblioteca está el carrito Book crossing con libros que los interesados pueden llevarse. María Bohigas presenta el libro “L’home dalt del pont. Diari d’Hiroshima i Nagasaki”, en una conversación con la periodista Stefania Fantauzzi sobre el pensador Günther Anders, que acaba de publicar en su editorial.
Usted es editora, traductora y autora. ¿Cómo le gustaría presentarse?
No soy autora. Soy editora y traductora. Estas dos últimas cosas van juntas, no se separan. Durante 15 años me dediqué a la traducción literaria. Entonces decidí recuperar la histórica editorial Club Editor, que mi abuelo había fundada con amigos bajo el régimen franquista inmediatamente después del levantamiento de la prohibición de publicar en catalán. Había constituido un catálogo de autores en lengua original catalana de la posguerra, que incluye también a los grandes clásicos del siglo XX: Mercé Rodoreda, Joan Sales y Sebastià Juan Arbó. Aquellos artistas literarios que crearon grandes obras de la literatura europea en catalán. Me hice cargo de esta editorial hace 17 años e incluí temas contemporáneos. La mayoría de los títulos que publicamos son en catalán, pero hay algunas publicaciones en castellano, una gran variedad de títulos. El oficio de traductor y editor son inseparables y complementarios, puesto que se trata de presentar textos en otros idiomas.
Vd. ha traducido literatura clásica del francés al catalán. ¿Cómo llego a ello?
Cuando empecé a traducir, recibí un encargo, que fue como un regalo, donde el cielo y el infierno estaban a la vez. Yo era muy joven y me propusieron traducir “Los miserables” de Víctor Hugo. Tardé el doble en traducir la novela que el autor en escribirla. Con eso se dice todo. Fue un aprendizaje. A partir de allí propuse la traducción de algunos textos clásicos que hasta entonces no se habían traducido al catalán.
La cultura literaria francesa siempre ha estado muy vinculada literariamente con la catalana. Diría que hasta después de la guerra mundial traducir del francés al catalán no tenía tanto sentido. Porque el francés era la lengua de la cultura. Todo ha cambiado mucho y por lo tanto hay textos fundamentales que no se habían traducido . ¿Qué me llevó a esta elección? Las ganas de traducir estos autores.
Made en catalán. ¿Existe un interés en la cultura francesa por la literatura catalana?
Sí, claro, es algo que ha ido creciendo. Hace 20 veinte años ya había editores que traducían del catalán al francés, pero no era frecuente. No fue fácil, presentar a un autor catalán dentro del catálogo literario junto con un escritor italiano, inglés o portugués. Se trataba de una lengua minoritaria, por lo tanto una literatura poco interesante. Esto ha ido cambiando a nivel internacional y europeo. ¿Cuántos autores eslovenos, noruegos o croatas conocemos? Las literaturas menores no ocupan el mismo lugar en los catálogos editoriales. También en el plano literario son visibles las relaciones de poder. Hay culturas potentes y culturas débiles. El trabajo que se ha ido haciendo a nivel europeo y catalán con el trabajo del Instituto Ramon Llull ha ayudado muchísimo a poder considerar de igual modo a los autores catalanes como otros autores.
Ha heredado una editorial de sus abuelos. ¿Qué obstáculos se encontró como editora y como mujer? Como decía Nietzsche: es difícil ser heredero…
No la heredé, la compré. Es una editorial que anteriormente había sido vendida en parte. Mi abuela se había asociado a una editorial importante, que a su vez había sido comprada por Planeta y formaba parte de uno de sus sellos. Lo que hice fue sacarla de la galaxia Planeta para volver a darle el carácter de editorial independiente. Es una distinción importante para mí. ¿Qué significa para mí como editora? Se trata de una herencia, que yo como descendiente de mis abuelos, e aceptado. Era una herencia de una época, una época que de algún modo cuidó que esa literatura no desapareciera.
Los autores anteriormente señalados como Rodoreda permitieron dicha continuidad, una continuidad que no había sido prevista. Por lo que se trata de un legado importante y a veces incluso abrumador. La editorial tiene que buscar lectores contemporáneos que no tengan conocimiento de los autores clásicos. En cierto modo podría haber trabajado en los textos ya traducidos y al mismo tiempo presentar nuevos autores contemporáneos, tan prodigios e impresionantes como Rodereda, y publicar primeras obras.
De este modo poco a poco se fue creando un espacio donde un autor contemporáneo catalán podía decir: “Me interesa esto, me siento bien en este lugar.”
Como mujer te diría que soy una editora independiente, dependo de mí misma. No he tenido ningún problema, ya que he creado un espacio, donde quien decide soy yo. La gente que está en el equipo había trabajado anteriormente conmigo. Por otro lado, creo que este es uno de los sectores donde la presencia de las mujeres es fuerte y determinante. Otras editoriales dependen de grandes grupos empresariales. Sin embargo en el mundo financiero es muy difícil que una mujer pueda ocupar un puesto de responsabilidad, pero ello no representa ningún obstáculo en el mundo editorial.
En el caso de la novela catalana del siglo XX diría que hay una reina absoluta, Mercè Rodoreda, una mujer. Y su predecesora que escribió muchísimos relatos y su gran novela “Solictud”, con seudónimo masculino, Victor Catalá. Con ello podemos decir que hay dos gigantes en el campo de la novela catalana y las dos son mujeres.
También en la literatura inglesa podemos decir que tenemos grandes novelistas femeninas, que crearon los fundamentos de la literatura en prosa moderna. Según en qué época te toca vivir, ser mujer no es en absoluto un estigma.
¿Cuál es el contacto con las editoriales españolas y europeas?
En mi caso diría que hay una complicidad editorial. Las editoriales se identifican con aquellos que están realizando publicaciones que reiteradamente destaquen. Hay editoriales que trabajan con una red de agentes literarios u otras que trabajan para ciertas editoriales ubicadas en varios países del mundo. Se necesita ver el perfil del autor para suponer que éste trabajara en una editorial u otra. En el caso de Club Editor no es así. Nosotros trabajamos de manera más bien atípica, nosotros trabajamos para la recuperación de la literatura autóctona y de recuperación de obras no contemporáneas, aquellas que han sido a menudo mal interpretadas. Con la nueva publicación invitamos al lector a descubrir un autor que creían que conocían. Su obra será releída y situada en contexto.
Las traducciones de Lutz Seiler, autor alemán contemporáneo, no provienen de otras editoriales. Su obra es muy interesante porque como poeta después de un largo tiempo dedicado a la poesía, decide pasarse al relato y a la forma narrativa. Lutz Seiler es un autor que encaja muy bien en el conjunto de los autores de la editorial. Nosotros no estamos siguiendo la actualidad como meta de la editorial, sino que intentamos crear un espacio literario donde los autores no solo comparten lengua, época, sino que exista un diálogo entre ellos y se crea una relación entre ellos. Suelen ser escritores que realmente buscan la singularidad de la palabra.
¿Desempeña el editor en la sociedad actual un papel determinado, cuál?
¿En la sociedad, dónde estamos en la sociedad? Es difícil contestar esta pregunta porque depende del punto de vista. Además, la gente que lee muy poca literatura. No tenemos que hacernos ilusiones, solo hay un grupo pequeño que tiene una relación constante con la literatura, sin pertenecer a ninguna comunidad académica.
Se trata simplemente de leer un libro, pocos leen, aun así, el libro continúa siendo algo mágico
o mágico. Aquel que tiene algo importante que explicar, piensa en escribir un libro. Sin embargo, no siempre es la herramienta correcta para todos para poder comunicar algo. Por otro lado, existe una relación íntima entre el lector y la literatura. ¿Qué necesitas para comunicarte con los demás? Una hoja para escribir y un lápiz. Libertad absoluta. Capacidad de acción absoluta. Rodar una película es mucho más complicado. ¿Qué hacemos en la cultura? El editor es un filtro. ¿Hasta qué punto estamos en una sociedad que considera que la cultura es importante? Yo no tengo respuesta. Muchos indicios hacen pensar que estamos en un tiempo en que la creatividad se ha volcado en la ciencia, en la tecnología, y en otros campos.
Ante los avances tecnológicos y digitales, ¿cree que los libros impresos tienen futuro?
Si tienen futuro, no lo sé. Sí que sé, que si renunciamos al libro impreso la capacidad de manipulación y de censura no tendrá límite. En cambio, el libro impreso, por más que quieran destruir ediciones completas, siempre sobrevivirá alguno. Esto lo sabemos. Un libro físico permite incluso viajar de un lugar a otro, incluso cuando no quieran que viaje.
Sí. Las mujeres llevaban dentro de sus moños la mini-biblia de los Hugonotes. O en la película Fahrenheit, cada persona tenía que aprender de memoria un libro antes que ardiera en las llamas.
Los libros que circulan de un lugar a otro, no se pueden retener. El libro digital no está en nuestras manos, el libro de papel sí. Confío en que no desaparezcan.
En enero presentó en el Goethe Institut la traducción en catalan del libro GÜNTHER ANDERS: L’HOME DALT DEL PONT. DIARIO DE HIROSHIMA Y NAGASAKI. ¿Tiene miedo de una guerra nuclear?
Sin duda. ¿Quién no tiene miedo de una guerra nuclear? Anders lo descubrí tarde, no lo conocía. Primero leí la correspondencia que mantuvo con Claude Everly, que hizo el vuelo de reconocimiento antes de bombardear las dos ciudades. Y después leí el libro. El 24 de febrero del 2022 escuché en las noticias la declaración de guerra de Putin y como amenazó con activar la bomba nuclear. El lunes 1 de marzo contraté los derechos. Para mi fue como un intento de dar una respuesta.
¿Pueden evitar los libros que vayamos a la guerra?
No, de ninguna manera. Los libros, pobres, no han impedido nunca nada. En el sentido literal el libro de Anders ha sido una respuesta muy clara a una situación de desesperación. No ver dónde está la esperanza. Y a la vez estoy convencida de que no es motivo para dejar de publicar. La reacción es la autonomía de tu pensamiento.Se trata de no renunciar a ti mismo y a tu pensamiento, y hacerte cargo de tus responsabilidades. Los libros lo fomentan.
Al mismo tiempo pienso que algunos de los grandes lectores han colaborado con amigos difíciles. Son gente maravillosa, muy culta, preparada para desarrollar un pensamiento moral, pero que tiemblan frente a la amenaza, la angustia y la supervivencia. Y a la inversa he visto gente muy ignorante, sin duda alguna sobre su juicio moral.
En este sentido los libros no garantizan nada. No es su papel. Es una buena pregunta. Pero en una sociedad donde se pierde la costumbre de leer literatura no utilitaria, narrativa, especulativa, fantástica, es renunciar al desarrollo de un pensamiento propio. El pensamiento propio favorece lo que induce, lo que impide. Los libros no tienen el poder de cambiar las cosas.
Muchas gracias, María Bohigas par la charla interesante.
Ina Laiadhi, Enero 2023
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