Escribir, escribir, escribir…

Jordi Sierra i Fabre: Quiero contar historias, Foto: laiadina
Entrevista a Jordi Sierra i Fabra, 31.10.2022
El último día de octubre, me dirijo a la calle Johann Sebastian Bach, donde el escritor Jordi Sierra i Fabra vive desde hace casi 40 años. Tras una cálida bienvenida, enseguida me enseña su reino artístico: una colección de discos de 30.000 LPs cubre las paredes, junto con un enorme armario lleno de 45s, y al lado innumerables fotos suyas con artistas de la música pop, crean un ambiente de intensa creatividad.
Quiero empezar con la música, ¿cómo tuvo la idea de vivir en la calle de Johann Sebastian Bach?
Se ríe a carcajadas. Es casualidad. Cuando trabajaba en la construcción, en esta calle vivía un arquitecto. Y siempre que venía aquí, me decía que esta calle era preciosa. No por el nombre, sino por la calle. En la parte de los números impares hay varios edificios que han sido premio FAD de arquitectura. Cuando sacamos la música Rock en fascículos, la editorial estaba enfrente. Un día, entrando, vi que ponía “Se vende Piso”. Era una carnicera del barrio que se había quedado viuda y me dejó su piso a un precio muy barato. Le dije para convencerla: “Yo no voy a pagarle tanto, pero donde Ud. dormía con su marido yo crearé arte.”
Ha hecho literatura y música. ¿Qué relación existe entre ambas?
Yo me he metido en la música para ser famoso y publicar libros. Cuando acabé la escuela me puse a trabajar en la construcción y a estudiar por la noche. De pequeño, alquilaba libros de segunda mano para leer porque no podía comprarlos. Al escuchar a los Beatles me metí en la música, pero los discos no se podían pedir en préstamo, se tenían que comprar. Cada día iba a pie al trabajo y a la escuela – 12km-, y como me ahorraba el bus y el metro, me podía comprar cada semana un LP. Cada semana salían 10 que me gustaban, y yo podía comprarme uno. Para elegir uno, los escuchaba todos. Cuando oía estos discos, todo se me quedaba en la cabeza. Leyendo canciones, también aprendía inglés. Sabía mucho de música. Como soy artista, ya tenía esta venita para adivinar si un disco era bueno o malo. Me decía: ¿qué hago yo mejor que los demás? Escribir. De qué sé yo más que los demás. De música. Entonces escribí de música. Envié cartas muy largas sobre música durante más de dos años cada semana al programa El Gran Musical de Madrid. Cuando hicieron la revista El Musical conseguí que me nombraran corresponsal en Barcelona. En un año mi nombre se hizo conocido. Después, me fui a la competencia “Disco Exprés” y me hicieron director. Así con 22 años dejé de trabajar, de estudiar. Eso fue el comienzo. Mi primer libro – hace 50 años – fue sobre la historia de la música Pop. Al cabo de algunos años acabé de escribir sobre música y me dedicaba a escribir novelas porque quería contar historias. Lo dejé todo porque quería ver mundo, hacer viajes. Mi mujer me decía: “Ya comeremos”, aunque teníamos dos hijos pequeños. Llevamos juntos 53 años. Sonríe.
¿El inicio fue difícil bajo la dictadura?
En Londres vestía de una manera y era un chico bien. Pero aquí la gente me insultaba. Con el pelo largo. A la gente discordante les fichaba el TOP, el Tribunal de Orden Público. Y a mí también me ficharon con 20 años por escribir en una revista clandestina, de música. Aún hablando de música no podías contar la verdad. Me primer libro salió en 1972, cuando aún vivía Franco. Cuando conseguí mi primer premio literario por mi segundo libro, murió Franco. Soy catalán, me costó mucho conseguir que mi nombre se escribía con “i” latina en Madrid. Cuando dejé la música casi empezaba la democracia. No tuve problemas con las novelas.

Una exposición en el Palau Robert mostraba la obra de Jordi Sierra i Fabra en Octubre 2022
Ha escrito casi 500 libros.
No, casi 600, voy por el 580, bajo mi nombre. Publicados, 540. Si contamos todo lo que he escrito con seudónimo cuando era freelance, hay 40 libros más. Además, he escrito miles de artículos en mi época musical. Escribo muy rápido. Súper rápido. Tengo una cultura básica. Me acuerdo: una vez se cayó un avión en la isla de Kamchatka. Me llama alguien de una revista: Jordi, ¿conoces algo de Kamchatka? Claro, le dije, hay la base de marina rusa. Me dice, Ya está, ¡hazme un artículo! 3 páginas en una hora. Un tipo como yo con cultura básica y rápida escritura, cobraba lo que me daba la gana como freelance. Solo firmé mis libros. Todo por encargo no lo he firmado. Era un trabajo, lo hacía y punto. Mis libros son mis libros. Son míos.
Se ve que tiene facilidad para escribir. ¿Pero por qué escribe?
Escribir es mi pasión. Nací para escribir. De niño era tartamudo. De familia humilde, mi padre tenía 3 trabajos, era la posguerra. Un día tuve un accidente muy grave, atravesé un cristal. Durante la recuperación en el hospital descubrí que escribiendo no tartamudeaba. Y lo hacía muy rápido. Ya nadie me podía parar.
Puedo pensar un libro durante semanas. Pero cuando tengo el guión, empiezo a escribir. Escribo el guión a mano, todavía hoy. Soy muy organizado. En la primera página pongo lo que escribo por día. Nunca dejo de escribir cuando empiezo un libro. Lo hago siempre todo seguido. Escribo libros en 6 días. Me enseña diferentes escritos a mano de tamaño A5 con una escritura minúscula, muy clara, con una agenda de fechas de escritura en la primera página y el número de páginas escritas por día. Lo que no sale aquí son las semanas de investigación sobre el tema. Esto nunca se cuenta como tiempo. No escribo más de 3 meses al año, el resto lo dedico a pensar.
Entre estos libros, ¿cuál es el que más le representa?
Escribir es mi vida. Cuando está hecho, es como un hijo, tiene vida propia. Cuando escribí “Campo de fresas” nunca pensé que vendería casi tres cuartos de millón de este libro. Era un libro más, pero de repente “Bomba”. Cuando escribí “Kafka y la muñeca viajera” que ganó un Premio nacional y se ha hecho en teatro en todo el mundo, no sabía que se iba a hacer esto en todo el mundo. “Las palabras heridas” para mi es una maravilla, pero no hubo más de una edición. He visto que mis libros para jóvenes no pasan de moda, todavía se editan. Duran 25-30 años.
¿Hay una relación entre lectura y escritura?
Yo leo mucho. Cada día una hora. Mi vida es muy metódica. Me levanto a las 10h de la mañana. Desayuno, miro el correo electrónico. Escribo de las 11h hasta casi las 15h. Después de comer leo un periódico y la novela que estoy leyendo. Hasta las 20.30 escribo 4 horas más. Ceno y voy al cine. Cada noche. Ahora no hay tantas películas, por eso veo 1 o 2 vídeos. Siempre en cine si es posible, pero la oferta ha bajado. En verano escribo solo 5 horas. Cuando viajo, no escribo porque el día es siempre diferente. Necesito una estructura.
Los jóvenes para los cuales escribe han crecido. ¿Escriben?
Escribo sobre jóvenes, no para jóvenes. No sé quién va a leerme. Estoy todo el día con jóvenes. En la fundación. Me cuentan historias. En mis textos nunca hay moralina, no doy lecciones. No les vendo motos. Soy escritor. Soy cuentista.
De los jóvenes, ¿ha salido un gran escritor o escritora?
Sí, el primer premio Sierra i Fabra de la Fundación que se dio hace 18 años, ya ha publicado 10 o 12 libros. La segunda ha ganado 3 premios importantes. La 3ª ya ha publicado 14 libros. Tienen el valor de escribir libros.
Mercé Rodoreda, Almudena Grandes o Maruja Torres: entre sus libros, ¿cuál cogería?
Maruja, supongo porque es amiga mía. La conocí muy bien. Es más, Maruja Torres escribió para mí. Era una gran periodista. Hacía muy buenos artículos. Vivía muy a lo loco, como medio bohemio. Un día le dije: Maruja, ¡debes escribir una novela, eres novelista, cuenta historias! Y la convencí. En ‘98 publicó “Oh, es Él”. Almudena es demasiado densa para mí. A mí me gustan los libros con diálogos, no tanto la narración. Uno de mis lemas es: Lo que pueden contar dos personajes dialogando, no lo cuenta el narrador más grande. “Rayuela”, de Cortázar, no me lo puedo leer. 30 páginas sin punto y aparte. Me deja exhausto.
Hay la libre circulación de las personas en la Unión Europea. ¿Los libros circulan también?
Sí, soy un autor que ha sido traducido en muchas lenguas. Pero en Alemania tengo solo 4 o 5 libros. Los países donde tengo más, son China y Corea. En los grandes países, 3; 4 en Turquía; 4,5 en Rusia; 3,4 en Grecia, en Inglaterra nada. Los ingleses no quieren saber nada de los españoles. Los ingleses dicen: Nosotros vendemos, no compramos. Toco de todo, nacional o internacional. He escrito sobre cualquier problemática de la que se habla en el mundo, niños esclavos, tráfico de niños o de órganos.
Europa vive una crisis con la guerra en Ucrania. ¿Qué opina?
Hoy he tenido una discusión con amigos por internet. Ucrania no es nuevo. Venimos de dónde venimos. Uno decía: La globalización es el mayor error de la humanidad. He contestado: ¿Recordáis quien dijo en su día? ¡La globalización es el genocidio de la cultura! ¡He sido yo! Hay que hablar de muchas cosas. Quien dominaba, quien domina: la cultura dominante es la anglosajona. ¿Porque hay los Bolsonaro, los Trump, los Orban? ¿Qué pasa con Ucrania? Lo de Ucrania viene porque hace 8 años se dejó que Rusia tomara Crimea. Lo que ocurre ahora siempre es una consecuencia de algo que se ha hecho mal antes. Después de una pandemia mundial, todos encerrados en casa por Covid, la gente dice: Ya salgo de casa. Y ahora una guerra y crisis de energía, se disparan los precios. No está mal, ahora estamos peor. Soy pacifista. ¿Qué puedo hacer? Hemos dejado que todo se blanquee. 80 años después de la guerra civil hay calles con nombres franquistas. Aun se discute la memoria histórica.
¿Cuáles son sus proyectos para los próximos 50 años?
Se ríe. Escribir, escribir, escribir. Y volver a viajar. Es normal que a los 75 años escriba mejor que a los 50. Cuando más mayor eres, no eres más inteligente, pero tienes otra percepción de las cosas y la madurez.
Muchas gracias Jordi, por la entrevista
Ina Laiadhi, Octubre 2022
Info:
Premios Fundación Jordi Sierra i Fabra
Comic sobre su vida: El libro termina con la muerte de mi padre, casi en el mismo momento que Franco.
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